Crónicas para degustar

Por Tomacini Sinche López


El prestigioso y reconocido periodista ganó recientemente el premio “Mejor libro de literatura gastronómica", otorgado en el Gourmand World Cookbook Awards 2005, con su obra “Crónicas Gastronómicas” (Universidad de San Martín de Porres, 2004), una gran muestra de que la literatura peruana es una de las mejores del mundo.

¿Cómo se inicia en el periodismo?
Desde muy niño tuve un interés muy grande por el periodismo. En mi casa siempre se leían muchos diarios. Vivía en una casa muy grande en Chosica, con una familia muy extensa. Recuerdo que lo primero que se hacía en el día era ir temprano a esperar el tren de las 8 para recoger los diarios. En casa se leía y se comentaba el día a día. A través de esas lecturas, soñaba con llegar a tantas partes; me imaginaba a los que estaban en las guerras o en las grandes fiestas.Desde mi niñez me atrajo que los periodistas tenían acceso al bien, al mal, a todo. Esa idea de estar en donde los demás no llegan me cautivó. Estoy muy orgulloso de mi profesión.

¿También eso se debe a que haya ejercido diversos géneros del periodismo en su carrera?
Pertenezco a una generación ambiciosa, la del 60. Nosotros vivimos en un país en donde muy pocos pueden acceder ala cultura y a los viajes. Los periodistas tenemos la oportunidad de leer, de conversar y de conocer lugares a los que la gran mayoría no puede llegar, y creo que estamos obligados a desarrollar diversas facetas. No estoy especializado. Me identifican con el deporte, la cocina y la política, pero a mí me interesa todo lo humano. Como decía Terencio: “Nada de lo humano quiero que me sea ajeno”. De que también nace mi interés por escribir literatura.

Hablemos de “Crónicas Gastronómicas”, ¿cuál es su principal aporte?
Hacer comprender que la comida y la gastronomía son temas importantes en la historia del hombre y que lamentablemente no ocupan un lugar en la historia universal. Son temas fundamentales para el desarrollo de los pueblos y parte importante de sus prácticas ancestrales.

¿A qué atribuye esa omisión?
Se debe a que comer es algo muy común. Comemos todos los días. Los historiadores pasaron por alto la importancia de la alimentación el desarrollo de la propia historia. Le propongo un ejemplo: cuando los españoles se vienen a América y al Perú, más que oro, creo que lo más importante que les proporcionamos fue el alimento. Ya que con ello solucionaron los grandes problemas de hambre y desnutrición que vivían en el Viejo Continente.

¿Cuánto tiempo le tomó escribirlo?
Empecé a escribirlo por los años 80, época en la que medito y reflexiono sobre el tema. Luego con el apoyo de varios amigos como Jaime Bedoya, Elma Murrugarra y Max Hernández, entre otros, me animé a seguir. La base del libro es una columna que escribía en EXPRESO; de la cual algunos viejos lectores me solicitaban que continué escribiendo sobre el tema. Es así que tomo el modelo de la columna, que eran básicamente unas crónicas cortas acerca de mis experiencias a través de mis numerosos viajes.

Aparte de degustar, también cocina. ¿Qué es cocinar para usted?
Cocinar es un arte y es una maravilla. Creo que no se puede narrar y en la que uno se siente dueño de situaciones tan diversas y, además, satisface nuestro ego a través de la creatividad.

¿Cuál cree que es la función social que cumple el comer?
Para algunos sólo es algo básico y primario para sobrevivir. Para otros, es una necesidad psicológica, la mesa es el centro de reuniones y de banquetes en el cual nos reunimos para hermanarnos.

Explíqueme mejor esas necesidades psicológicas que cubrimos al comer...
Un rico no es rico sino come muy bien, es una manera de expresar nuestro poder. En lo contrario, no tener para comer causa depresión, no solo por el hecho de no comer, sino por la carencia. Las comparaciones también las hacemos en la mesa entre los que tienen y los que no tienen, y que en algunos casos provocan traumas e insatisfacciones.

¿Qué sintió al recibir el premio que le fue otorgado?
Mucha alegría, sobretodo. Feliz de que un libro peruano y en habla española haya ganado. Y es un premio a la Universidad San Martín de Porres, que tuvieron el ojo de enviar un libro realmente modesto a este concurso de tal magnitud.

En un país con tanta riqueza gastronómica, ¿no es irónico que tengamos a una mayoría de la población tan mal alimentada?
El Perú es históricamente una encrucijada de razas y naciones, incluso antes de la llegada de los españoles. Creo que una cultura es también una forma de cocinar y de comer, he ahí una de nuestras grandes riquezas. Lo terrible de todo esto es que le estoy hablando de comida, de un libro peruano premiado en el mundo gastronómico, sin embargo, reconozco que en nuestro país mucha gente se queda sin comer y eso me apena muchísimo. Es una gran contradicción que con tantas posibilidades culinarias muchísima gente no tiene cómo sustentarse y es terrible. A veces me avergüenza hablar de banquetes y de comidas sabiendo que sucede todo esto.

Expreso, 5 de marzo de 2006
Foto: Juan Carlos Ávila