Bienaventurados los que viven en el fango

por Jorge Salazar
Pier Paolo Pasolini

I
Sabía confiar en los ojo de la razón sin renegar en absoluto de los llamados del sentimiento. No, él no permitía que la inteligencia se transforme en desprecio, elevaba la carne hasta alturas espirituales y sin apagar las luces, enterraba el alma en las profundidades de la carne...

II
Sí, se cumplen ya dos años de la muerte de Pier Paolo Posolini, el poeta-realizador que mejor supo llevar al cine las llagas y las cicatrices de la sociedad de nuestro tiempo. Pero no solamente eso: Pasolini fue un claro ejemplo de intelectual comprometido que desesperadamente busca la riqueza, precisamente, entre quienes no se visten de seda...

III
A diferencia de aquellos que buscan notoriedad embarcándose con los timoneles del poder, Pasolini asumió el socialismo para hallar una salida, no estética, humana, a los problemas del vivir...

IV
Perseguido desde siempre por los perseguidores de siempre, descendió desde su Bologna nativa hacia la gran ciudad, esa Mamma Roma que pudre a los hombres de hambre, sexo y dinero. Pasolini, con su cámara y su sinceridad ideológica, asumió la defensa de la vida y predicó un evangelio: Bienaventurados los que viven en el fango y no se manchan...

V
Combatiente socialista se enfrentó con la incoherente 'cultura' de los que ocultan detrás de sus fastuosos automóviles y grandes edificios, todos los pecados y todas las mediocridades. Al cine llevó la crueldad, el horror, el sadismo y lo hipocresía "de los eunucos que bufan y ordenan"...

VI
“Miro con el ojo de una imagen
a los designados para el linchamiento
A mí mismo me observo masacrado
con el sereno coraje de un científico
Doy la impresión de sentir odio
y sin embargo escribo
unos versos de puntual amor...”

VII
En la Roma histórica –esa vieja ciudad que alterna la inmundicia con la luz y el color de sus muchachas- está enterrado el poeta, y desde la tierra se mezcla con las gentes de dos barrios proletariados para seguir diciendo y gritando que el último de los rufianes se salvará gracias a la magia de una mano extendida con amor...


Columna: Crónicas (casi) secretas
Diario Correo, noviembre, 1977